martes, 28 de diciembre de 2010

México, hay que crecer.

Lo más recurrente que vivimos en México es el que para abanderar una lucha acabamos casi siempre solos. Pasa en oficinas, escuelas, la calle, en todos lados. La supuesta opinión pública puede volcarse a favor de una persona o idea pero a la hora de sostenerla en protestas, escritos o manifestaciones sencillamente desaparecen los huevos y sólo se ve como se escabullen a las gallinas.

Las masas en México gozan de la ignorancia y la inconsciencia, incluso violan los preceptos constitucionales sobre la reproducción, nuestra carta magna dice que sólo los informados pueden tener hijos y si informar es nada más decirles que tienen un pene y una vagina estamos perdidos. Las religiones en México mantienen la postura de la multiplicación de la especie como si la Tierra fuera inacabable, condenan el aborto, la homosexualidad, la eutanasia pero no condenan al analfabetismo, la violencia, se hacen de la vista gorda frente a los ladrones de cuello blanco, aplauden a los políticos que les brindan dádivas e impunidad y a los medios de comunicación que estupidizan a la gente pero les dejan transmitir sus mensajes hipócritas en horarios estelares. Mientras las masas se reproduzcan por instinto lo que tendremos es una sociedad llena de personas incapaces de mejorar su vida y que estarán dispuestas a levantar la mano para pedir limosnas y vender su voto a cambio de programas como “oportunidades”.

Para cambiar a México o lo educamos o le ponemos límites a la reproducción de manera categórica, eso incluye el volver a colocar a las religiones en el lugar que les corresponde, los templos, que además no son de los clérigos sino de todos porque son federales, ningún curita puede ser patrón de catedral porque el edificio jamás será de él. Para transformar a México ya estuvo bueno de hacernos tontos y creer que repartir juguetes a los niños que viven en la injusticia social como miserables el día de reyes salva almas de gente “buena”, lo real es que no se salva el alma a los hipócritas que no comparten de verdad y que sólo reparten sobras, sean juguetes nuevos o viejos a los niños de México no se les arregla la existencia haciéndoles sonreír un día y enseñándoles que de limosnas se vive. Hay que liquidar ya a la falsa caridad cristiana, esa que te lleva a un cielo en donde hallarás a Franco, Pinochet, Maciel, a los curas asesinos de la “cristiada” o a Juan Pablo el segregador de luchadores sociales de Centroamérica.

Debemos apostar por la educación laica, por sacar los dogmas que siguen sirviendo a la maquinaria de las industrias religiosas que insisten en seguir enriqueciéndose y por ello no quieren soltar el hueso. Eso implica tomar conciencia en serio y no pasar de católico a evangélico como se pasan los priístas al perredé, no se puede pasar de anglicano a creer en karmas o dharmas, todas las supersticiones hacen daño y mantienen a los humanos en lo más primitivo de ellos, hay que madurar, hay que ser una sociedad adulta capaz de ser atea, laica, ecuménica o al menos racionalista. Habrá quienes se escandalicen y digan que hay que respetar todas las creencias y yo pienso que está bien pero nunca desde la escolástica, siempre desde la laicidad. A más educación y más ciencia habrá más libertad para el mundo. Que 2011 les traiga a todos un conocimiento que se transforme en inteligencia, reciban un abrazo de mi parte.

martes, 21 de diciembre de 2010

Navidad 2010, vaya festejo.

Siempre he creído que la mejor fiesta del mundo es la navidad. No importa que sea ateo, me gusta lo que la gente se desea, opina, expresa en buenos deseos, árboles iluminados y llenos de esferas, sonrisas e ilusiones, sobre todo de los niños. Me parece que todos de una manera u otra nos sentimos de la misma manera, humanos.

Desde hace algunos años las navidades en México están teñidas de sangre, el parteaguas fue Acteal un 22 de diciembre en el que mataron a indígenas en una capilla en Chiapas. Ya no se sabe mucho de ello, todo pasó y la memoria entierra a los marginados estén vivos o muertos.

Hoy en día el país está en la misma desgracia nada más que muy concentrada ya que lo que antes era un asombro ahora es una cotidianidad. Terrible. Jamás había visto tal cantidad de tragedias en tan poco tiempo y jamás había visto tanta apatía, eso es horrible.

Esta Nochebuena me parece que aunque esté en compañía de mi familia estaré pensando en los demás parientes que tengo y que ya no están, no sólo a aquellos muy allegados que no están más sino de todos los que dejaron de existir como Marisela, los niños de la ABC, las muertas de Juárez, los asesinados en Oaxaca, Chiapas o Veracruz por ser homosexuales, disentir o defender lo creado como aquel ranchero de Tamaulipas.  Esa noche estaré con unos y con todos al mismo tiempo, mi conciencia dejó de ser individualista y se conectó con Todo. No puedo ir hacia atrás ni puedo hacerme tonto comprando el boleto de la omisión o la evasión, soy un hombre y como tal vivo. No hay cabida para la mentira ni para el egoísmo cobijado con falsa caridad cristiana u oraciones absurdas inventadas por controladores de masas esclavas.

En Navidad, el 25, despertaré sabiendo que es posible otra oportunidad de cambiar la realidad para todos pero que si no viene a la mesa, como le gusta a muchos mexicanos, iré por ella. Como lo he vivido todo el tiempo, así que no me costará trabajo.

Desde mi corazón y mente envío a ti, que me lees, un abrazo y un beso, recordándote como siempre que eres libre de tomar lo que te apetezca, que el cariño para ti lo mando sin prejuicios.

Aprieta con fuerza a quien quieres, dile que le amas y conecta tus fibras humanas al Todo que somos.

Manuel García Estrada

Las mujeres bajo ataque. (Los Posmodernos)

Manuel García Estrada
La activista asesinada impunemente frente al palacio de gobierno (sic) de ChihuahuA se escribe con A de Angustia, de Atropello, injusticiA, Abandono, Abuso, prepotenciA, burlA, con la A que se escribe guArdería ABC, Appo, Atenco, Acteal, marginAdos, olvidAdos, ignorAdos. Se escribe con la A de censurA y de Amenaza, A de inoperanciA, ineficaciA, impunidAd y de violenciA.
MariselA Escobedo no se escribe con A de pAz, justiciA, democraciA, libertAd pero tiene dos palabras que sí llevan su A: Amor y mamÁ. Esta nAvidAd no sé con cuál A escribir fiestA pero me queda claro que no es con A de Alegría ¿por qué, cómo olvidar lo que está pasando en nuestro país? ¿Dejaremos que los anuncios de la televisión y los mensajes hipócritas de los templos manipulen nuestras emociones y olvidemos todo lo que está pasando? Ya saldrá algún político o locutor a decir que la unión familiar y la armonía deben reinar en esta época pero ¿qué reunión familiar? ¿La que no tiene Marisela con Rubí y sus demás hijos? ¿La que no tienen los papás de la ABC? ¿Qué no se entiende que el día que murieron quemados esos nenes murieron en vida muchos reyes magos?
La sociedad puede seguir evadiendo la realidad por unas horas, por unos días, pero a medida que la inmadurez no contenga el problema tan enorme en el que estamos el adulto por nacer podría estallar de un modo nada conveniente. Parece que para muchos políticos es mejor jugar a Peter Pan y meter en la cabeza de millones mensajitos estúpidos de autores de superación personal que hacen creer a la gente que es lectora cuando en realidad consume chatarra de letras y la ayuda a no asumir la responsabilidad que tiene al estar en una comunidad, sociedad, nación o país.
El absurdo individualismo de “estar bien” de este status quo falso y mediocre ya no da para más, se agotó. Ni siquiera la aparición de un Santa Clós del entretenimiento ha logrado callar a las mentes vivas de México que no se tragan trucos baratos que usó el gobierno de Bush con sus asesores de marketing televisivo durante su gobierno.
Lo acontecido en San Martín Texmelucan muestra también al sistema al que confrontó Marisela, porque sistema es conjunto de elementos interrelacionados entre sí y la corrupción ha permeado a todos esos elementos que llegó la hora de enviar a casa, al menos a la más cercana.
Lo ocurrido a Marisela debe pensarse en cada mesa de cada hogar mexicano no sólo ahora sino cada día porque no podemos olvidar a tan enorme Activista que demuestra que los forajidos que andan sueltos no respetan ni a una madre. Ni a los hijos como en Hermosillo. Ni a las hermanas como en Atenco.
Si las mujeres de México más acá de Juárez no reaccionan ante todo lo que están viviendo no pasará mucho en que sean violadas, golpeadas, asesinadas, levantadas o secuestradas en todas las ciudades. Ah, pero ya pasa y no reaccionan ¿tendrán que matar a la hija de la vecina o acabará siendo problema de los vecinos? Las mexicanas están bajo ataque y deben despertar de esta inmunda pesadilla, en sus manos está la posibilidad de todo y la renunciación a la nada.