lunes, 11 de julio de 2011

¡Despierta!

Manuel García Estrada 
/Milenio/Los Posmodernos

Pareciera que son tiempos en que los humanos somos hojas del árbol en el eterno otoño.  Como si nuestro presente y futuro inmediato estuviera en manos del gobierno, de los maleantes. Y es así. Lo hemos permitido.

Nos han contado mentiras respecto de la democracia actual, dicen que sólo yendo a marcar un papel podemos sentirnos tranquilos sobre nuestro devenir. Es falso porque la holgazanería resultante en todo lo público nos muestra como los más vivos se apropian de recursos materiales sean dinero, tierras o edificios.

En ese juego de falsa democracia los que gobiernan se hacen más ricos y el pueblo más pobre y los partidos sólo juegan a “los llevados” diciendo que si no te gusta un gobierno votes castigándolo, es decir, no importa si pierdes un año, tres, seis en manos de sinvergüenzas o mediocres. Lo importante es que muestres tu furia, tu coraje, tu desesperación, tu desánimo, tu desesperanza yendo a votar en contra del que tiene el poder. Vaya, qué cómoda opción le dan los políticos a la gente. Muy al estilo de Estados Unidos donde por cierto no existe una democracia sino un juego de poder entre los financieros y banqueros que pagan las campañas de los republicanos y los demócratas y se reparten a los ciudadanos que ellos llaman: consumidores. Washington reproduce en los países que ha sometido su régimen oligárquico y plutócrata, ninguna democracia.

Es fácil manipular a un pueblo sometido por la idea de dios. Una palabra sin contenido etéreo pero que si es capaz de llenar alcancías en los templos y brindar poder terrenal a quien se dice representar a las fuerzas supra humanas. Dios es un concepto que se dedica a atemorizar y a condenar a los que no están dentro de las leyes que “manda” pero que sus representantes y operadores violan sistemáticamente porque es común que en las filas de los clérigos se robe, viole, mate, tome la mujer –u hombre- de otros, se calumnie o se corrompa lo que se pueda. Si dios existiera debiera llamarse dios del miedo porque a eso se dedica.

Más fácil es manipular cuando se deja en manos de los planes financieros la educación de la gente, por ello el Fondo Monetario Internacional presiona a que se reduzca el presupuesto en ese importante rubro de gobierno y bueno, si se tiene de aliado a alguien como Elba Esther la política de formación de los niños y jóvenes del país será exitosa para crear empleados calladitos y agachones o esclavos capaces de pintarrajearse la cara y gritar por miles cuando gana la selección de fútbol pero que son incapaces de procesar ideas y reflexiones para realizar la misma acción pero para exigir justicia. Es la mediocridad como valor educativo lo que tenemos ahora.

La televisión masiva y gratuita controlada es el eje de propaganda medular de cualquier gobierno, así lo hizo Goebbels con la radio, el cine y demás en la Alemania nazi. Al poder tener infotenida a la gente con mucha desinformación y bajo el ataque de anuncios sustancialmente que buscan el cambio racial, el atemorizar en asuntos de salud y vender mágicamente cambios en las personas lo que tenemos es una masa espectadora que coloca como valor el ser otra persona, no lo que se es y si ello no se puede entonces la frustración, la tortura emocional por la no aceptación brindan elementos de poder a quienes controlan los mensajes emitidos.

Una posibilidad de brindar seguridad a una sociedad se basa en la educación, la cultura, las artes. Es estúpido creer que invertir en balas ayuda más que los libros, el pensamiento y la toma de conciencia, eso sólo hace más ricos a los que manejan al mundo porque en la muerte y la pobreza encuentran ellos la riqueza y el sentido de sus vidas.

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