El personaje llegó a mi mesa, venía muy tranquilo, él muy apacible, no lo conocía más que por su trabajo y desde hace años y de ahí vino el aprecio, el respeto.
Mi tocayo se sentó y me quiso presentar su revista y trabajo y quería saber qué podríamos hacer juntos para la cultura... evidentemente lo detuve, no podía seguir escuchando a un hombre que ha trabajado tanto por la cultura presentarse como si fuera un desconocido. No lo era. Su nombre era ya referencia pero su actuar mostraba su interior: sencillez, humildad, capacidad de colaborar.
Quedamos de comenzar los trabajos de apoyo en reciprocidad, en especial en el punto de los libros y bibliotecas que tanto trabajamos y que el también apreciaba.
Esta mañana la amargura y el coraje, la rabia y el dolor, las lágrimas contenidas ante la ignominia que vivimos, ante la púrpura miseria venenosa que impera no permiten a mi corazón sentir esperanza.
Exijo justicia... aunque el Mane no regrese. Exijo justicia porque el Mane es lo menos que merece.
Manuel García Estrada
Honor y respeto para quien promovió la cultura como misión y vocación de vida.
José Manuel Vargas, "El Mane".
Como no pueden contra los malos, ahora nos arrebatan a los buenos ¿qué pasa? ¿por qué tantas pérdidas valiosas? ¿Mane también será llamado efecto colateral?
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