Manuel García Estrada
Actualmente millones de homosexuales en México siguen encerrados en el clóset, en el ropero, en el armario… muchos de ellos están no sólo junto a la puerta del mismo sino prácticamente viven en Narnia. Lejos de la luz del mundo real.
El mantenerse en el anonimato o en lo oculto lo único que propicia es que la derecha, la Iglesia y la homofobia prosperen, a medida que todos estemos libremente en la calle a la sociedad no le quedará de otra que finalmente aceptar su principio de realidad: los gays, lesbianas, trans y bi existimos y punto. Ya será cosa de la madurez de cada individuo el que lo acepte, asuma o entienda, es un asunto de ellos. Ya bastante bronca es para todos los LGTBI crecer en un país de machistas y de odio, en un país de burlas y humillaciones, ya es hora de que los bugas resuelvan su sexualidad aceptando que hay de todo.
Para todos los gays (LGTBI) que se la pasan preocupados por lo que los papás, amigos, hijos, sobrinos, médicos, sacerdotes, maestros o compañeros de trabajo o escuela puedan sentir al enterarse de que son homosexuales vale la pena decirles que bastante tienen con ocuparse de sus propios corazones y mentes como para estar al pendiente de los del resto que si por ellos fuera, en la gran mayoría de los casos, sería mejor que los homosexuales se suprimieran para evitar cualquier conflicto.
Los derechos para existir y ser no vendrán regalados por políticos, empresarios o porque un personaje importante lo pida, los derechos serán cosa cotidiana cuando todos los defiendan y exijan. Darse el lujo de sentir lástima por una anciana en el metro que no recibe un asiento es cosa del pasado, la anciana bien podría solicitar el espacio y hasta regañar a los usuarios…pero se queda callada.
No puedes respetar al que no se respeta a sí mismo, por ello sólo los homosexuales que se acepten y asuman pero que además se enorgullezcan de su sexualidad –gay- recibirán respeto. Es más, date cuenta de algo impresionante, las “vestidas” son un grupo que defiende su derecho a ser y existir, acaban teniendo más carácter y valor que muchos closeteros que se angustian por el “qué dirán”.
Al paso del tiempo me he percatado que los gays que más fácilmente logran ser respetados en sus comunidades son aquellos que actúan como cualquier ser humano que desea servir a los demás, que estudia, que lee, que ayuda, que se destaca. Lo que más abunda son homosexuales que a través de su trabajo serio se consolidan como referencia de profesionalismo en su área de trabajo.
Recuerdo que alguna vez una amiga mía lesbiana estaba molesta por el comportamiento de un hombre gay que había sido confrontado en su oficina. El sujeto lloraba y decía que lo trataban mal y regañaban porque era “joto”, mi amiga se redujo a expresar que “el problema de muchos homosexuales no es que sean putos, es que son pendejos”. Acto seguido sacó un expediente de todos los errores del compañero de trabajo y sólo en uno de ellos la reprimenda se debía a que el oficinista bailaba y se festejaba sus joterías en los momentos más inoportunos como en una junta de trabajo o cuando un cliente nuevo llegaba al lugar.
No hay diferencia entre gays o bugas ignorantes, cualquier persona con un cerebro vacío será rechazada por la gente más preparada, no es cosa de segregación, es cosa de selección porque las personas tenemos derecho a elegir nuestro entorno, amistades, atmósfera social, por ello es lógico encontrar homosexuales banales con amigas bugas banales o gays machistas con bugas machistas y por consecuencia es lógico encontrar lectores de calidad sean o no homosexuales como amigos. Depende de cada quien acceder al medio social que desea pero sin calzador.
En lo físico es notorio como abundan los grupos de amigos de gimnasio o peludos, han elegido a quienes quieren cerca de ellos, un delgado y amanerado a lo mejor no podría acceder a estos grupos pero ello no significa que sean segregados, seguramente algo dirán o harán que produce un rechazo. Ningún musculado u oso despierta odiando a un sujeto ajotado.
La posibilidad de ser lectores de calidad, poseer mentes analíticas, estar informados y reflexionar o servir a la comunidad es algo a lo que TODOS tenemos acceso y si sabemos que eso ayuda a tener más y mejores amigos sean gays o no ¿por qué quedarnos de brazos cruzados y quejarnos del mundo “segregador” actual?
Hay que hacer algo, leer es un buen principio.
Habrá quienes digan que independientemente a ello sigue habiendo segregación. Es cierto, pero justamente viene de mentes ignorantes que sólo llenan sus cerebros con rezadera o ideas snobs pero no son más que imbéciles que deambulan por la vida queriendo hacer daño, les da igual si golpean a un homosexual o a una mujer o a un niño, ellos son bestias estúpidas que aunque son víctimas de un sistema educativo deficiente y ruin tienen, como tú o yo, la posibilidad de estudiar y formarse. No lo hacen porque son como los homosexuales tontos, les es más fácil culpar a los demás de sus desgracias.
La próxima vez que alguien te trate de ofender analiza cómo es, qué pretende al hacerte enojar, reflexiona. Seguramente no lo tomarás personal, máxime si entiendes que quien trata de dañarte tiene dentro de sí a su peor enemigo.
Homosexuales informados, ilustrados y activistas es lo que más falta nos hace en México y te recuerdo que por ti o por mí no llegará ni la “Supermana” a defendernos ni Ricky Martin a redimirnos, depende de cada uno de nosotros. Es hora de dejar en el clóset también a la inmadurez, a ese niño que se niega a crecer, es hora de ser adultos, adultos gay.
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