Manuel García Estrada
La mejor manera de controlar a la gente no sólo se basa en la repetición de ciertos mensajes, la introducción de miedo con sus consecuencias de odio o el alentar la medianía a través de una educación sin sustancia y que no forme personas sino que capacite trabajadores; necesita también del culto a lo estúpido, a lo idiota, a los banal y lo chabacano.
Las mentes bajo el ataque de programas de televisión en donde se le da más importancia a las nalgas de una conductora o en los que se hace creer que la diversión se basa en la infrasexualidad, la droga, el alcohol y lo absurdo son mentes que van reduciendo su capacidad de pensamiento y se convierten en aparatos de imitación porque todo lo que se ve y escucha implica invitación a ser parte de un grupo humano que en apariencia es feliz. En la búsqueda de la aceptación las personas permitan que sus cerebros se pudran y dejen de reflexionar.
La religión se encarga de destruir la autoestima de las personas, las condenan desde que nacen al pecado, les hacen creer que sus penes, vaginas y anos son algo sucio y pecaminoso con la terrible tragedia de que deben de tenerlos toda su vida y que no permitirles placer es lo bueno, lo santo, lo correcto. Las personas bajo el ataque de las iglesias pierden su seguridad, su naturalidad, al final lo que la religión también les mete en la mente es que para ser parte del grupo deben ser como se les dice y si no lo hacen se les aplicará el ostracismo, se les condenará al infierno o al dolor.
Las escuelas han venido tolerando que se considere como extraños a los que gustan de estudiar ciencias y artes aplaudiendo a los tontos que hacen bromas fatuas o que viven entre pasiones, emociones baratas y temas que nada aportan y en nada impulsan la reflexión. Los maestros holgazanes que no leen y no aman a los libros no pueden apoyar en nada a los educandos y con ello la eliminación de materias como filosofía y lógica es pan comido. Lo mismo pasa con materias como civismo porque como la moda es la tolerancia o el soportar a los estúpidos y machistas lo fácil es sacar los temas de coexistencia civilizada y respetuosa de y entre las personas que son base de la ciudadanía.
Creer que encajar debe de ser actuar como los demás mediocres es un asunto terrible y más vale ser tildado de conflictivo o de “pedero” a ser una miserable apariencia humana que podrá vestir a la moda y tener un cuerpo de revista barata pero que en nada aporta a los demás y su paso por la vida será el de una sombra que nadie recordará.
Sin ciudadanos la democracia es una guerra de spots promocionales que apoyan la inmediatez como tapar baches en lugar de arreglar a profundidad las calles y es que los placebos son más sabrosos para los mediocres que se conforman con despensas para comer tres días aunque padezcan gobiernos pésimos seis años, pero como sus mentes están idiotizadas ni cuenta se dan del uso que les están dando. Son esclavos de carga.
La religión, los medios masivos y empresas corruptas, la educación mediocre son base de la farsa democrática contemporánea, para aspirar a la democracia real hay que defender y mejorar al Estado laico, regular a los medios, aplicar la ley a las empresas y convertir en la educación en la herramienta de mejora social pero mientras en el poder existan peleles jamás veremos un verdadero desarrollo porque esos “líderes” serán apenas perros cuidadores del status quo. México decide este año si mantiene a las mismas rémoras y tumores sociopolíticos y económicos o se da una oportunidad de otro futuro. Al final quien quiere un futuro distinto debe actuar de manera diferente ¿o no?
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