El viaje
Manuel García Estrada
Nací ayer, apenas a dos pasos de mi vida cambiante.
Me resolví en el primer minuto del medio día.
A las 5 comencé a acostumbrarme a mí.
En medio de la hora gris descubrí mis fortalezas y mis temores.
Dando las 8 de la noche me acosté para reflexionar lo logrado, moriré en muchos días.
Con el saldo en la mano puedo ver que fallecer ahora está bien.
Logré lo que muchos jamás harán.
Siendo las 10 p.m. me levanté. Y caí en el trayecto a la cocina a beber leche.
Coloqué mis manos en el suelo y me impulsé jalando las piernas.
De regreso a la habitación tropecé con un zapato y me dolió. Mucho. Lloré.
Son las 11.30 de la noche y quiero ir al baño. Me da miedo tropezarme con algún otro zapato.
Respiré y suspiré. Tomé aire. Me enderecé.
Coloqué los pies en el suelo, el terror me impedía estar tranquilo y colocando mis manos a los lados de mi cadera, apretando la boca y los ojos...
Volví a levantarme...
Y me di cuenta de que un paso en firme en esta vida es en el viaje... una gran travesía.
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