miércoles, 17 de agosto de 2011

El gobierno mañoso


Manuel García Estrada  /Milenio/

Hoy la opinión pública no nos muestra nada. La democracia está muerta mientras el dominio de la mediocridad y la ignorancia prevalezcan y sean lo hegemónico porque cómo creer en las opiniones de personas desinformadas que el máximo alcance de noticias se base en los noticieros abiertos que responden a los intereses del poder? ¿Vamos a tomar en cuenta a los analfabetos funcionales que no critican, no analizan y no reflexionan para desarrollar a la sociedad? ¿A los que no investigan?

Sólo cuando hay una sociedad ilustrada y reflexiva es posible hacer viva y cotidiana una constitución en donde la idea clara sobre libertad, justicia, paz, desarrollo, república y democracia sea comprensible para todos y eso, para comenzar, se basa en la educación que reposa en el Estado y directamente en su gobierno.

Hay cierto tipo de gente, las masas, que desconocen mucho y aportan poco, ese conglomerado de borregos está en las manos de los intereses de la oligarquía con sus medios y opinión pública manipulada. Después de ellos hay otro conjunto humano que dice que sabe algo pero que permanece en la apatía, son otros borregos pero no tan básicos. Arriba de ellos están los que acceden a las escuelas preparatorias y universidades y de entre estos el poder aún de lo banal y absurdo les gobierna. En esos niveles se habla como si se supiera de algo cuando en realidad la mayoría desconoce a profundidad el manejo político económico del mundo, entre ellos están los grandes militantes de los partidos, los activistas ingenuos y bien intencionados que aún no comprenden que más allá de sus narices hay intereses internacionales para que sus sociedades estén bajo ataque. Creen que con cambiar a un sujeto en la presidencia el país mejorará y se desgarran las vestiduras para que se legitime la farsa democrática exigiendo un voto a todos para que el engaño se corone como válido.

Las mentes más básicas y primitivas son las que se conforman con creer en lo que les dicen, no dudan, no reflexionan, no cuestionan. Las mentes más evolucionadas son capaces de observar una misma ciudad desde diferentes ángulos y se preguntan cómo ha sido construida. Los borregos no, los borregos mediocres se conforman con ver baches y criticarlos, se conforman con quejarse pero se mantienen agachados porque tienen pánico al cambio verdadero o quisieran vivirlo sin asumir ninguna responsabilidad, por ello es siempre natural ver menos gente decidida y dispuesta a todo por la mejora del mundo que a las masas. Las masas sólo salen a la calle cuando el hambre les empieza a rascar la panza, si la gente vive más o menos bien estará tranquila.

El estado al que aspiramos es un sistema en donde de verdad haya tranquilidad siempre pero eso es imposible porque la sociedad se compone de humanos, por ello siempre se debe estar pendiente de lo que ocurre para que el gen del poder esté sometido a favor de la mayoría. Desde esa perspectiva la democracia debiera ser la manera natural de desarrollarnos porque en ella está el aprecio a la diversidad, está el cuidado de lo distinto y el estado alerta ante el que piensa de manera egoísta e individualista en contra del resto.

El gobierno contemporáneo es mañoso, dice que hace su trabajo y que estimula a la gente para que participe pero no brinda herramientas capaces para lograr opiniones y hechos que se reducen a una solo universo: educación de calidad, laica, anti dogmática, liberadora, reflexiva, analítica, crítica, creativa y científica que pueden en su conjunto brindar individuos plenos capaces de construir sociedades plenas. El gobierno culpa al pueblo de su falta de participación pero no le da elementos para lograrlo.

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