lunes, 2 de abril de 2012

El gobierno corrupto. I


Manuel García Estrada.

I.                    El gobierno como base de nuestra felicidad.

La política es algo estrictamente personal cuando uno descubre que las acciones de gobierno inciden directamente en cada uno de nosotros cada día, los que son incapaces de entender esto son sujetos con mente básica y mediocre que evaden la realidad creyendo que “el gobierno no es culpable de todo”.
¿Es el gobierno culpable de todo lo que pasa en un país?

Podría ser que al despertar creamos que el desayuno es absolutamente una responsabilidad propia pero no es así. Lo que desayuna la gente, lo que escucha, lo que ve tiene una incidencia directa del gobierno.

Si alguien necesita viajar dos horas a su sitio de trabajo y no desayuna bien significa que no ha tenido oportunidades competitivas de empleo cerca de su casa, que el gobierno no tiene sistemas de transporte eficientes, que su sueldo no es el adecuado y que seguramente la combinación de todo ello genera frustración, enojo, estrés y coraje que directamente les hace ser infelices. Actualmente el desarrollo de los países se basa en saber si la gente o no se siente feliz.

Si ese trabajador o trabajadora debe llevar a su hijo o hijos a una guardería quedándose con la preocupación de las condiciones en las que está el lugar y además paga cuotas pese a que la institución es pública, es decir, financiada con nuestros impuestos, tiene ya un malestar, un enojo que las más de las veces se queda contenido porque no tiene más opciones. Algún estúpido podría decir que esa gente debería trabajar más para cambiar a sus críos a una guardería privada pero eso sólo lo pueden pensar y lograr los que tienen buenos sueldos.

Si el trabajador lleva a la escuela pública a sus hijos éstos tendrán que llevar algo de dinero para comer algo y seguramente lo que encontrarán en el colegio será comida chatarra, es decir, con el bajo salario el padre o madre de familia debe pagar porque su hijo coma porquerías que son producción de empresas que financian las campañas políticas para seguir metiéndole a los infantes conservadores, que son depresivos, y harinas que les harán engordar. Seguramente el estúpido egoísta en turno dirá que los papás deberían de hacerle al crío un desayuno que pueda llevar en algún recipiente. Eso estaría bien si los papás no tuvieran que trasladarse durante mucho tiempo de casa a oficina o fábrica. Pero la realidad es que la escuela debiera brindar opciones nutritivas a los niños, máxime si ni siquiera se le da de comer a la creatura, es decir, si el gobierno no brinda el desayuno al pequeño o pequeña debería al manos aplicar una ley en contra de alimentos de no nutren a los nenes.

Así pues en las tres primeras horas de los trabajadores de México encontramos que padecen una política de transporte, educación y empleo en contra de su felicidad y ¿por qué el gobierno es responsable? Simple, pagamos impuestos justamente para que la distribución de las finanzas favorezca a los niños, a los papás trabajadores, que son los que sostienen la vida económica del país. Si el gobierno no tuviera el dinero para crear infraestructura de transporte, educativa y capacidad de acción para mejorar las condiciones de vida de las personas es evidente que sería absoluta responsabilidad de los humanos reproducidos lo que pase con sus hijos. Pero no es así.

La gente en su manipulación no alcanza a aceptar ni asumir su realidad e incluso viéndose infelices caen en las redes de los políticos inmorales que jugando con la pobreza de los electores les dan un poco de comida a cambio del enriquecimiento portentoso de los diputados, senadores, secretarios, presidente, jueces de la suprema corte durante años dejando que los niños hijos de los trabajadores sigan estando desnutridos, aspirando a puestos mediocres, manipulados por el televisor y creyendo que la vida es justa.

@ManuelGarciaES

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