Manuel García Estrada
El Estado de México se encuentra a merced de intereses de capitales que usan a políticos para hacer dinero, no hay ni siquiera un poder por el poder perseguido porque aquellos que buscaban el poder per sé eran los que tenían ideas, buenas o malas, para transformar una ciudad, un estado o a una civilización. Lo que ha quedado ahora es una bola de empleados de empresarios que han obtenido sus recursos a través de la corrupción que puede ser encontrada como tráfico de influencias, por ejemplo, en Metepec fue muy extraño que cuando sólo había maizales entre la colonia el Hípico y el pueblo se erigiera una torre de cristal de varios pisos y que en medio de ese campo de cultivo se creara el centro comercial “plaza las Américas”.
En ese espacio con el paso del tiempo arribaron docenas de tiendas, supermercados, fraccionamientos, oficinas. Eso da un indicio, había quienes sabían desde tiempo atrás lo que ahí ocurriría que significó hacer estupendos negocios al comprar tierras baratas, muy probablemente ejidos, para después ganar utilidades vendiendo o rentando a malls, colegios privados, colonias con casas para clasemedieros altos y ricos.
El Estado de México cometió de nuevo un error cuando permitió que el toreo de Cuatro Caminos se convirtiera en otro mal y no en un parque para todos los vecinos del lugar, y no hablo a favor de los toros que me parece una práctica vil, vergonzosa y degradante sino de la optimización del espacio a favor del ecosistema. Frente a todos una oportunidad de crear un oasis en medio del asfalto y el metal quedó convertido en más de lo mismo porque se antepuso el dinero al estado de bienestar.
Las preguntas a los precandidatos y ya llamados candidatos al gobierno mexiquense son las mismas ¿realmente aman al Estado de México o buscan un trampolín no necesariamente personal sino partidista para 2012? ¿Cómo rescatar a los ecosistemas mexiquenses de esta decadente manera de “desarrollar” a la entidad? ¿En cuánto tiempo los derechos para todos regirán no sólo a la legislatura sino a la cultura mexiquense? ¿Habrá una educación reflexiva y de pensamiento crítico o seguirán capacitando a nuevos obreros y empleados de oficina? ¿Convertirán a Toluca en la capital de la entidad más poblada de México o seguirán siendo los cúmulos urbanos mexiquenses satélites del DF y zonas dormitorio del mismo? ¿Revertirán la dependencia que tiene el estado con la ciudad de México? Y hay muchas más.
Nos damos cuenta de cómo Texcoco, Ecatepec, Chalco, Chalco Solidaridad, Neza, Tlalnepantla o Metepec-Toluca, por ejemplo, reciben beneficios del DF no sólo en educación, cultura o trabajo sino hasta para acceder a un aborto legal o un matrimonio universal. Si muchos políticos mexiquenses siguen usando a la tierra que les vio nacer o crecer con utilitarismo más valdría al Congreso de la Unión dejar a más de 14 millones de mexicanos bajo el mandato del Jefe de Gobierno del D.F. que se ve que en este momento tiene más visión de desarrollo metropolitano y democrático que el gobernador mexiquense que sólo piensa en querer ser Presidente.
En las urnas lo urgente será dejar de escuchar a Peña, AMLO, Gordillo, Calderón o a Marcelo, los mexiquenses tendrán una cita con el destino para ser libres o para seguir siendo simples pobladores satelitales del D.F. Ha llegado la hora de ser de verdad la prepotente existencia moral.
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