Manuel García Estrada
Arribar tarde tiene sus ventajas. Entrar a un recinto de acto inter creativo y llegar hasta el frente del público para tomar asiento siempre deja un sabor de rompimiento de inercias.
En el banquete de Natti Rigonni, en Casa de Cultura de Córdoba, se degustó una agradable audiencia de entrada, un plato intermedio interesante por los presentadores y un espléndido postre divino por la poeta. ¿El postre? ese lo tengo conmigo en casa, lo leo casi cada día: LOTERÍA.
La mente no cabe duda que es superior en la escritora más densa que he leído últimamente. Todo lo que escribe, cualquier palabra o pausa tienen no sólo un sentido sino varios. La multiplicidad de los significados en la poesía de Natti conlleva suspiros, aspiraciones, realidades, biografía, es en cada palabra...ella.
Lo creativo, lo que muestra que la razón es apenas el primer estadio del pensamiento, es cautivador en los poemas que se encuentran reunidos en la fiesta de los niños y de las almas mexicanas, LOTERÍA. Cada verso está lleno de provocadores sentimientos que en mi caso logran que tome aire, mucho aire, con la boca cerrada y con una pausa enorme de suspenso para continuar respirando.
Lo creativo, lo que hace dioses a algunos y parias a otros, debe siempre ser obligadamente la chispa entre el dedo del Dios padre con el dedo del Dios hijo, en LOTERÍA uno puede hallar eso en cada página, en cada título, en cada dibujito que acordamos darle un sonido y un significado.
Rigonni habita ahí, en los chispazos, ¿será acaso que entre tanto chisperío nos haga sentir entre endemoniados? si ese es el infierno es mi deseo quemarme. Si el infierno es leer y escuchar tanta belleza, mi deseo es quemarme (espero que no tome nota Abascal Carranza porque seguramente él si me llama a la hoguera, donde por cierto, los parias festejan a su autoridad).
En medio de todo el banquetazo que nos estábamos dando de pronto llegó el incidente, si, ya saben, nunca falta alguien que quiere mostrarnos que es mejor que quien encabeza la mesa: je, fue la misma autora. Ella, en un acto maravilloso de atrevimiento pidió al público su cabeza, y sacó una bandeja de plata que se llama TIERRA DE PASO y comenzó a leerla, nos la ofreció como Juan a Salomé. Y fuimos bautizados en la Lengua.
Si yo estaba ya en un punto de admiración, lo que vino fue como el vino. De ca-ta-ción.
No lo puedo decir de otra manera: "babeé". Excelso lo que leyó Natti. Vaya, es lo delicatessen del Banquete, lo gourmet. Nos mostró a México, a esta batalla de culturas del siglo XXI, a la raza de bronce con todas sus aleaciones auto boicoteada, usurpada, golpeada, arrastrada. Convocó a las almas nobles a levantar el veto de la felicidad a Ciudad Juárez. Convocó al recinto a perder la mirada en la realidad de un país que queriendo ser de primer mundo envía al holocausto a sus hijos para que el dios del dinero sea clemente, piadoso. Si los mayas arrojaban doncellas al cenote, los mexicanos arrojan a sus hijos a cruzar la frontera.
Ansío tener TIERRA DE PASO en mis manos, ansío estar en otro Banquete en donde el plato fuerte siga siendo la Diosa Aceituna, la mejor del huerto de los Olivos. Y espero en ese momento poder besar a la reina de los postres, Amaranta. Porque ya saben, evidentemente y con mi enorme gusto la Diosa Aceituna tuvo con ella al Amado que riega tormenta desde su cabeza al universo en espirales.
Córdoba, Veracruz, 2006.
Nota:
Nati Rigonni es una de las más espectaculares poetas de México, búscala en google.
Orizaba, Veracruz.
Gestora cultural, manager de "La Nun K Muerta Rebelión"
Escritora.
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