Manuel García Estrada
/Para Milenio/
@ManuelGarciaES en Twitter
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Después de publicar varios artículos en donde he puesto en duda si existe o no una democracia verdadera insisto en que lo que se vive en México no es más que un régimen de intereses mezclados que benefician a unos cuantos, cosa que viven la mayoría de los países del mundo.
Los acontecimientos ocurridos en Islandia, en donde se llevó a prisión a los banqueros y especuladores, se creó una nueva constitución que abolió al capitalismo y se prohibió que los partidos políticos fueran los constituyentes. Los ocurridos en los países árabes en donde los tiranos estaban coludidos con las potencias europeas y Estados Unidos. La detención del director-gerente del Fondo Monetario Internacional Strauss-Kahn que impulsa el neoliberalismo a nivel mundial resulta que era además el candidato de la izquierda francesa a la presidencia y la revolución pacífica de los indignados de España en donde pese a las elecciones se grita con fuerza a los políticos “no nos representan” sencillamente me hacen sentir satisfecho por escribir con razones con fundamento lo que pasa hoy en día.
La farsa democrática vigente está se da por el interés de las grandes corporaciones internacionales en apropiarse de los recursos naturales para monopolizarlos y venderlos a los precios que su especulación les permita. Se ayudan de los medios de comunicación aculturizándonos sobre lo natural y bueno de la inexistencia del gobierno, al que cuando no les hace los mandados a toda prisa le llaman “Estado fallido”. Esas grandes corporaciones se basan en la deuda para someter a las personas a una sola opción de vida: pagar lo que deben y nunca dejan de deber.
Las grandes corporaciones internacionales actúan como las propias grandes empresas mexicanas desperdiciando y apoderándose del agua, la mano de obra y corrompiendo a las autoridades para tener permisos de construcción u operación contaminando, destruyendo y acabando con los ecosistemas. Existe además una financiación de los mismos intereses a ciertas instituciones educativas que repiten entre el estudiantado los preceptos de que las industrias son responsables con la sociedad, pero es mentira, a una empresa jamás le va a interesar financiar el desarrollo verdadero de la gente con educación de calidad que sea crítica y reflexiva, al contrario, seguirán financiando campañas multimediáticas para que la gente crea cosas que no son necesarias como si lo fueran.
El principal enemigo del sano desarrollo social son la división o polarización social, la deuda impagable, el agiotismo, la manipulación y por supuesto la corrupción que impiden que por encima de los intereses monetarios se coloque al ser humano.
Las empresas corrompen a políticos así como los políticos corruptos engañan a la gente. Daré un ejemplo: llegué a vivir a Toluca en 1981 ¿cuántas elecciones me han tocado desde entonces? Muchas promesas de mejora mientras yo veo más centros comerciales, coches y escuelas privadas pero sigue habiendo embotellamientos, destrucción de la naturaleza y no veo gente más feliz ni una producción cultural más cohesionante y creativa ni mucho menos democrática, se mantienen los grupos de poder y la mayoría de la población está excluida de la planeación para la mejora municipal y por supuesto no es culpa de un partido sino de la oposición que es cómplice lo que ocurre, entre todos tienen cercenados los canales de comunicación democrática que nace de la reflexión y el pensamiento crítico y se mantienen alentando al status quo de valores católicos que tanto daño hacen al generar borregos agachones que odian y excluyen a homosexuales, indígenas, activistas o personas que sencillamente quieran disentir de lo existente.
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